Un juego para todos

«Empecé a hacer streaming por diversión con mi mejor amigo, Jake, y otros amigos. Un día reflexioné y me dije: “¿por qué haces esto?, ¿Cuál es mi verdadero propósito en el espacio de streaming?” Marcar la diferencia en la vida de otras personas recaudando fondos o interactuando con miembros de la comunidad me hizo sentir que lo que hacía tenía sentido, algo que no pasaba como camarera o dependienta.

La inclusión es un tema del que no me da miedo hablar en las plataformas de crear contenidos. Al ser mujer, y además una mujer de color, he tenido que aguantar a un montón de individuos maleducados a lo largo de mi vida. Sabiendo cómo puede ser el mundo, siempre hago lo que puedo por hablar de la actualidad, crear entornos inclusivos en cualquier plataforma y recordar a los demás que la amabilidad no cuesta nada. Lo más importante que me enseñó mi abuela fue la amabilidad, y la he aplicado en todos los aspectos de mi vida. Ser amable con los demás, tratar a los demás como me gustaría que me trataran a mí y no esperar nada a cambio están entre los mejores consejos que me han dado».

«Un día, en un chat de grupo de Xbox Live, un amigo de un amigo preguntó si yo era streamer». Dijo que sonaba como una streamer y me recomendó el streaming y Twitch. Investigué un poco y me dije: “Oye, ¡esto es algo a lo que podría dedicarme!”

Estudié los métodos que mejor funcionan para hacer streaming y empecé a aplicarlos en mis directos. Busqué información sobre redes sociales, networking y actitudes habituales... ¡Hasta llegué a leerme la teoría del color! Cuando mi stream empezó a crecer, dejé mis trabajos de camarera y dependienta y nunca volví a mirar atrás.

Lo que más me gusta de ser creadora poder exponerme y descubrir otras vías creativas para sacar los talentos que llevo dentro. El doblaje es algo que nunca me había planteado, ni siquiera pensado, hasta que empecé a hacer streaming. La gente no paraba de comentar lo increíble que les parecía mi voz, así que me planteé explorar el campo del doblaje. Empecé con audiolibros y era muy divertido, pero entonces alguien me propuso en el stream ser dobladora en un juego llamado Hollow Knight. Cuando trabajo en la producción de videojuegos como actriz de doblaje o anfitriona, siempre me fijo los diferentes retos y ambientes. La verdad es que me ha hecho respetar más a todos los que se dedican al resto de roles del gaming».

«El autocuidado no siempre se me ha dado bien, pero en los últimos años le he dedicado el tiempo necesario para aprender. Siempre se puede empezar poco a poco e ir avanzando hasta llegar donde quieras. Cuando no me cuido, se nota en mis directos... Lo tengo comprobado. Si no como bien, no duermo lo suficiente y no hago ejercicio, tengo poca energía y me falta fluidez mental.

Cuando pulso el botón de “dejar de emitir”, siempre intento desconectar alejándome del ordenador y haciendo cosas que me estimulen. Tengo dos preciosos hijos perrunos, Indy y Tango, con los que paso la mayor parte del tiempo. Siempre me alegran el día y yo me aseguro de que también sean felices: solemos bajar al parque, dar paseos largos y hacer excursiones de aventura para recargar pilas con nuevas experiencias. Cuando no estoy con ellos, otra actividad que me ayuda a desconectar es la jardinería. De pequeña solía cuidar el jardín con mi abuela, y es el hobby más terapéutico que puedo hacer yo sola. Tengo más de 30 plantas, pero no se lo digas a nadie».

«El equipo que utilizo para crear contenidos y trabajar es importante para mí porque paso mucho tiempo haciéndolo. No fui consciente de la importancia de la ergonomía hasta que probé mi silla Herman Miller. Mi antigua silla de gaming me apretaba los lados de los muslos y me daba dolor de piernas y de espalda. Había días en los que estaba deseando meterme en la cama. Desde que tengo la silla Sayl, ya no me duele nada... ¡No sabía que las sillas podían ser tan buenas fisioterapeutas! Además, tengo unas caderas que no mienten, así que agradezco que la silla Embody también sirva para gente con cuerpos más grandes como yo. Creo que es algo que se suele infravalorar en los muebles.

Mi segundo elemento favorito sería el brazo de monitor Ollin. Es muy cómodo y puedo ajustarlo a mis monitores sobre la marcha muy fácilmente, ¡es un detalle que aprecio mucho! He probado muchos soportes para monitores, pero el de Ollin está a un nivel superior».

Esta entrevista se ha resumido y editado.